Artículo publicado por D. José Carlos Francisco en La Gaveta Económica en el número de Septiembre 2015.
Hace 25 años que Corporación 5 nació como un proyecto de consultoría estratégica para las empresas y el sector público, fundamentalmente en Canarias, aunque no exclusivamente. Desde 1996 y de manera ininterrumpida elaboramos un informe de coyuntura trimestral, que se ha convertido en el más longevo y estable, pues ya vamos por el nº 80. No ha sido sencillo y desde su nacimiento han pasado tres coordinadores; Luis Delgado, Mónica Martínez y José Alberto León desde hace seis años.
Precisamente, en esta última etapa, hemos añadido un apartado de perspectivas que es muy valorado por nuestros clientes.
Ahora, en este primer número que tienen usted en sus manos, queremos colaborar en un proyecto ambicioso de divulgación económica y aportar nuestra visión de los asuntos de Canarias.
Estamos en 2015, año de salida inequívoca de la recesión, pero no de la crisis. La creación de casi 30.000 puestos de trabajo y un crecimiento del PIB en torno al 3% avalan lo primero. Un paro cercano al 30% de la población activa, certifican lo segundo.
Las cosas mejoran, pero a nuestro entender el impulso viene de fuera. Los bajísimos tipos de interés, el precio del petróleo y el incremento del crédito son causas exógenas, que están impulsando nuestra economía, Sin embargo, ni van a ser permanentes ni son suficientes para acercar nuestra economía a su potencial y meter la tasa de desempleo en una senda del 10%.
Pensamos que la economía, las instituciones y la regulación deben transformarse. Por tanto, la política no puede estar ajena al proceso de transformación, más bien al contrario, la debe liderar. Política, economía y sociedad deben ir de la mano. Por ejemplo, la economía necesita menos regulación y burocracia; para ello los políticos tienen que cambiar leyes, decretos y órdenes; pero solo lo harán si gran parte de la sociedad lo entiende y lo demanda.
Y es en ese plano político, donde se abre el abanico de los miedos y esperanzas. Miedo a más encorsetamiento y burocracia. Esperanza de más inteligencia, simplificación y transparencia.