Artículo publicado por D. José Carlos Francisco en la Gaveta Económica en el número de Diciembre de 2015.
A nadie se le escapa que el sector inmobiliario y construcción ha sido el gran damnificado de la crisis, pues no en vano el estallido de la burbuja inmobiliaria fue una de las grandes causas de la misma y los problemas de déficits públicos, tuvieron en la caída impresionante de la inversión a su máximo exponente. Canarias, lejos de ser la excepción fue un ejemplo de libro de ambas circunstancias, como bien explicitan las caídas ininterrumpidas de empleo en el sector desde el 2007.
Esta tendencia de caída libre solo se revierte a partir del último trimestre de 2014, creando desde entonces casi 10.000 empleos nuevos. Aunque las cifras son modestas, evidencian un cambio de rumbo, a todas luces imprescindible para que la evidente salida de la recesión, se pueda convertir en salida de la crisis. Para reducir en 200.000 los desempleados o incluso en 100.000, es imprescindible el aporte de un sector de la construcción potente y vivo. Quizás, no a los niveles de los años del boom, pero si de un sector que entre rehabilitación, inversión privada e infraestructuras públicas podría dimensionarse en 100.000 empleos, es decir 55.000 empleos más que los actuales.
Naturalmente, la salida de la crisis en Canarias tiene que apoyarse en la sociedad del conocimiento, en las actividades logísticas de valor añadido, las energías renovables y más oferta turística, pero la construcción debe formar parte importante de la ecuación. No olvidemos que incluso California, paradigma de las nuevas tecnologías y la sociedad del conocimiento, padeció los efectos de la crisis del sector de la construcción e inmobiliario. Y lo que es igual de importante, nuestros parados de larga duración provienen de la construcción y su reciclaje, salvo en las técnicas y procedimientos propios del sector, es enormemente compleja.
En definitiva, más vale que el título de este artículo esté en lo cierto y que la legislación sobre el territorio no frene los nuevos ímpetus empresariales.