Artículo publicado por José Carlos Francisco en el número de junio de La Gaveta Económica.
Aunque políticamente Canarias es Europa y culturalmente también americana, geográficamente somos africanos. Más concretamente, unos puntos minúsculos en el mapa del continente que vio nacer el homo sapiens. Una especie de anomalía. Por estas razones geográficas y de cercanía muchos analistas, especialmente foráneos, han planteado como la gran baza estratégica de Canarias, el mercado africano.
Para entender el fracaso de tales perspectivas, conviene mencionar algunas cuestiones. La primera es que el desarrollo económico del continente ha estado por debajo de las expectativas de la mayoría de las instituciones y analistas. Aunque África tiene una superficie gigantesca, casi sesenta veces España, su economía no llega a ser el doble de la española. Es decir, con 1.200 millones de habitantes, produce solo un 80% más que España. De los 54 países africanos, solamente Sudáfrica, Nigeria, Sudán, Egipto, Kenia, Etiopía, Argelia, Angola y Marruecos tienen un PIB mayor que el de Canarias. Solo Angola y África del sur nos superan en renta per-cápita y algunos años, cuando el petróleo es caro, Guinea Ecuatorial.
La segunda cuestión que a mi entender explica el error en las previsiones, es que como argumenta muy bien Parag Khanna lo importante no son los mapas políticos al uso, sino mapas mejorados que reflejan la demografía, la ecología, las infraestructuras y básicamente los flujos de conexión entre los territorios. Si hiciéramos ese ejercicio, comprobaríamos que Canarias está realmente lejos de África. Efectivamente. Manchester o Frankfurt, están más lejos que nosotros que muchas capitales africanas, pero lo cierto es que acceder a ellas es más simple y más barato. Dicho de otra manera, Europa, contrariamente a lo que indican los mapas físicos tradicionales, está más cerca que África. Y África está más cerca de Europa que de nosotros.
A pesar de lo anteriormente expresado, no hay que dar la batalla por perdida. La estrategia de Binter de conectarnos con diferentes ciudades de Marruecos, Cabo Verde, Gambia y Senegal, es un paso trascendente. Los intentos de seguir sus pasos por parte de “Armas” y “Fred Olsen”, serían una muy buena noticia. La implantación de constructoras, centros logísticos y algunas empresas agrícolas, marcan el camino de futuro. Los fracasos que algunos empresarios hemos cosechado en el continente, también son el germen de futuros éxitos.
África será muy importante en el abastecimiento de alimentos. Según Stefano Liberti “todos están invirtiendo en China para las industrias, en India para los servicios. Para la comida es necesario venir a África”. Incluso, en países cercanos a nosotros como Senegal, Malí y Mauritania, empresas vinculadas a Arabia Saudí han comprado grandes extensiones de terreno para producir arroz destinado al mercado saudí.
También África, será importante en la producción de petróleo, al menos mientras los precios no se desplomen, y el negocio de las plataformas petrolíferas, será un nicho sustancial para generar rentas y empleo de alto valor en las islas. El mantenimiento de aeronaves y equipos complejos también será una gran oportunidad, así como el control y análisis de grandes bases de datos de todo tipo de información. Si la implantación de head-quarter de compañías en Canarias tiene sentido, es básicamente con aquellas que realizan operaciones en países de nuestro entorno africano.
En definitiva, seguiremos hablando de África porque la geografía marca su impronta, la demografía tan dinámica le llevará a los 2.000 millones de habitantes, las presiones migratorias arreciarán, las ayudas europeas aumentarán irremediablemente y los conflictos políticos no terminarán. La impronta africana para lo bueno y lo malo será mucho mayor en nuestros hijos y nietos, que en nosotros. Es muy posible, que con las gestiones diplomáticas oportunas, Canarias se convierta en el centro institucional y político de buena parte de las políticas españolas y europeas con destino África. La “Comisión de Comercio” que creó el REF , la sede de “Casa África” y el Banco de Alimentos son gérmenes, de medidas más ambiciosas, que pueden convertir a las islas en el nodo de conexión institucional Europa-África.