Artículo publicado por D. José Carlos Francisco en La Gaveta Económica en el número de Octubre 2015.
En mi análisis del mes pasado, terminaba escribiendo que el panorama económico solo era ensombrecido por la desaceleración en China, las elecciones catalanas y las Generales en España. Pues bien, efectivamente China crecerá menos del 7%, pero seguirá manteniendo un ritmo muy superior a las economías occidentales, (2% frente a 6% probablemente). En cualquier caso, el efecto de los problemas chinos para Canarias no serán demasiado importantes y siempre en tercera o cuarta derivada.
Las elecciones catalanas y sus resultados, han tenido una valoración positiva en los mercados y lejos de añadir turbulencias, han tranquilizado a los analistas internacionales. También es verdad, que la formación de un Gobierno es complicada y ya se comenta que es muy posible que se aplace para principios del 2016, es decir, después de las Generales. Estas últimas, barruntan hacia un gobierno de coalición, probablemente con “Ciudadanos” en el mismo, lo que sería una novedad en nuestra historia reciente.
Los Presupuestos del Estado, están sobre la mesa y los de la Comunidad Canaria se están elaborando en la cocina. Sobre estos últimos conviene apuntar que el cuadro macroeconómico, debería estimar un crecimiento del PIB regional en torno al 2,8%, a una creación de empleo de 25.000 empleos a tiempo completo y una inflación cercana al 1%.
Desafortunadamente, para las cuentas públicas y según nuestra opinión, el Gobierno Canario presionado por las pagas extra de los funcionarios, la vuelta de los días “Moscoso” y la presión por mejorar los servicios públicos, no va a tener margen para “tocar” los impuestos, máxima cuando la “regla de gasto” impide cualquier veleidad en este sentido. El Presidente y la Consejera se han referido al 2018 como el año del ajuste impositivo a la baja. En nuestra opinión, si las cosas van mejor de lo esperado, es posible que el 2017 admita margen de reducción de impuestos, pero sensu contrario sería demasiado pronto.
Para que las cosas vayan “mejor de lo esperado” que puede ser un 2,8% (en 2016) y 2,5% (en 2017), se necesita simplificar, reducir y agilizar la legislación del territorio que impacta en las actividades económicas y que los vientos que empujan la economía del Archipiélago sigan soplando: Petróleo y tipos de interés bajos.