Artículo publicado por D. José Carlos Francisco en La Gaveta Económica en el número de octubre de 2016.
Después de la crisis de nuestras vidas (2008-2014), las condiciones económicas y sociales han mejorado. Más empleo, menos paro y más renta, aunque todo ello, muy insuficiente para rebajar las cifras de paro a tasas medianamente aceptables (24% en Diciembre 2016-Previsión de Corporación 5).
El crecimiento en Canarias del PIB de aproximadamente un 6% en 2015 más 2016, está provocado en gran medida por tres factores externos: crisis de los destinos turísticos competidores (Túnez, Egipto y Turquía), bajos precios del petróleo y tipos de interés anormalmente bajos. Sobre ninguno de ellos, tenemos capacidad de influencia, lo mismo que ahora soplan a favor, podrían hacerlo en contra.
Obviamente, la vida y su devenir es incierto y los riesgos acechan en cualquier circunstancia. Sin embargo, el escenario actual en su definición política y económica es especialmente incierto. Las elecciones americanas en noviembre, las alemanas y francesas con potenciales cambios de liderazgo y riesgos populistas, el inicio de las acciones del BREXIT y especialmente en nuestro país, un gobierno en funciones. Para terminar de aderezar el guiso (ojalá no desaguisado), el Gobierno Canario, cuando escribo estas líneas se tambalea en su estructura de pactos.
Toda esta incertidumbre no ayuda a la necesaria recuperación, y no hace más que poner trabas en la rueda de la economía. Ya hemos adelantado las consecuencias del BREXIT y del “no-gobierno”. En un caso del 0,5% del PIB y en el otro el 0,6%.
En cualquier caso, para la economía española y canaria, el consenso de los especialistas es que en 2017 el crecimiento se retraerá hasta cifras más cercanas al 2% que al 3%. Esto no es traumático, si no fuera por dos hechos. En primer lugar, bajar las tasas de paro necesita de ritmos de crecimiento superiores al 3% y durante varios años. En segundo lugar, la economía del sector público continúa desajustada de forma preocupante: ¿cómo es posible que un país que crece al 3% (cerca de su potencial), tenga un déficit público cercano al 5%?
Y resolver ambos problemas depende mucho de las decisiones públicas, que desgraciadamente no van en la dirección correcta o más bien, no van en ninguna.